Las minas de plata de Potosí

POTOSI, BOLIVIA: Las minas de plata


Fueron montañas de riquezas inimaginables que financiaron el Imperio español y que tiene su propio dios del inframundo.


A una altura de más de 4.000 metros, Potosí, capital del estado boliviano del mismo nombre, es una de las ciudades más altas del mundo. Increíblmente una elevación tan alta como esta no impide que el cercano Cerro Potosí domine el paisaje circundante.

También conocido como Cerro Rico, el enorme suministro de plata de la cima ha llevado a una inmensa riqueza y un sufrimiento espantoso.



Potosí fue fundada como una ciudad minera en 1546, mientras que Bolivia todavía era parte del Virreinato del Perú. Durante los siguientes 200 años, más de 40,000 toneladas de plata fueron enviadas fuera de la ciudad, haciendo del Imperio español uno de los más ricos que el mundo haya visto. Pero una riqueza tan vasta también tuvo un precio elevado. Miles de indígenas fueron forzados a trabajar en las minas, donde muchos perecieron por accidentes, tratamientos brutales o envenenamiento por el mercurio usado en el proceso de extracción. Alrededor de 30,000 esclavos africanos también fueron llevados a la ciudad, donde fueron forzados a trabajar y morir como mulas humanas.


En 1672, Potosí se convirtió en el sitio de la Casa de Moneda Colonial española y, con una población de alrededor de 200,000 personas, fue una de las ciudades más ricas del mundo. Pero para cuando Bolivia declaró la independencia en 1825, la plata se había agotado en gran medida, dejando al estaño como el producto principal.



Hasta el día de hoy, un colectivo de trabajadores extrae minerales de la mina. Debido a la falta de equipo de protección, el trabajo sigue siendo muy peligroso. Muchos mineros mueren en derrumbes o de silicosis, una enfermedad grave que daña los pulmones, y recientemente ha habido preocupación de que se pudiera colapsar toda la mina. Debido a las condiciones infernales, muchos de los mineros sobreviven bebiendo alcohol extremadamente fuerte, mascando hojas de coca y adorando a Tio, un dios del inframundo que tiene el poder de la vida y la muerte entre sus dedos. El Tío, que significa "el tío", aparece como una criatura diabólica, y sus estatuas en las minas reciben ofrendas de cigarrillos, alcohol fuerte y hojas de coca.


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