El Caracol - El Observatorio de Chichén Itzá


Sin telescopios, sin electricidad, sin tienda de regalos: uno de los observatorios más antiguos del mundo lleva la astronomía a lo básico.

Poco a poco erosionando en la famosa ciudad maya de Chichén Itzá, el "observatorio" llamado El Caracol se erige como un monumento no solo a la habilidad arquitectónica de los antiguos mayas, sino también a su comprensión sorprendentemente avanzada de los cielos.

El Caracol lleva el nombre de la escalera con forma de caracol que rodea el interior de la torre central. Los niveles apilados del edificio se asemejan a un pastel de bodas de piedra con escalones escalonados que conducen a la torre central cuya cúpula colapsada se compara de manera impresionante con el diseño de observatorios modernos.

La desmoronada torre de observación “El Caracol” se eleva sobre la exuberante selva de Yucatán para que los antiguos astrónomos puedieran ver las estrellas en 360 grados y rastrear los solsticios, equinoccios y eclipses. Lo más agradable es la alineación de las ventanas de visualización restantes, que parecen diseñadas específicamente para rastrear la aparición y desaparición de Venus en el cielo nocturno. Además de asignar al segundo planeta algún significado religioso, los mayas pudieron rastrear los movimientos de Venus y así medir intervalos más largos de la órbita de la Tierra.

A la vista de la pirámide El Castillo (una de las nuevas siete maravillas del mundo), El Caracol es fácil de visitar y se considera una de las principales atracciones turísticas mexicanas.